Visitar Ronda y Setenil de las Bodegas en un día: historia, naturaleza y arquitectura única

Ronda y Setenil de las Bodegas son dos de los destinos más cautivadores de Andalucía, perfectos para una escapada de un solo día llena de historia, paisajes espectaculares y sabores auténticos.

Separadas por apenas media hora en coche, recorrer ambas te permitirá descubrir dos caras muy distintas pero igualmente fascinantes de la Serranía de Ronda.

Primeras horas: Setenil de las Bodegas, el pueblo bajo la roca

La jornada puede comenzar en Setenil de las Bodegas, a unos 18 km de Ronda. Este singular pueblo blanco es conocido por sus casas-cueva, construidas bajo enormes formaciones rocosas que conforman un paisaje urbano tan bello como insólito.

El paseo arranca por la popular calle Cuevas del Sol, donde bares y tiendas se refugian bajo la roca, y continúa por la calle Cuevas de la Sombra, donde el cielo desaparece casi por completo bajo el peso de la montaña, creando una atmósfera mágica.

No dejes de visitar:

• La Plaza de Andalucía, ideal para tomar un café y disfrutar del ambiente.
  
• El castillo medieval, con su Torre del Homenaje y espectaculares vistas del pueblo.
  
• El Mirador del Carmen.
  
• La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación.
  

Si quieres saber más sobre este magnífico pueblo puedes visitar «Qué ver en Setenil de las Bodegas» una guía completa.

Media mañana y tarde: Ronda, esencia monumental de Andalucía

A solo 30 minutos de Setenil, Ronda despliega uno de los cascos históricos más impactantes de España, con monumentos únicos encajados en un entorno natural imponente.

Comienza tu recorrido por la Puerta de Almocábar y las antiguas murallas. Luego continúa por:

• La iglesia del Espíritu Santo.
  
• La Plaza Duquesa de Parcent, donde se ubican el Ayuntamiento y la majestuosa Santa María la Mayor.
  

Desciende hasta el icono indiscutible de Ronda: el Puente Nuevo, que cruza el desfiladero del Tajo a más de 100 metros de altura. Desde aquí, disfruta de los miradores cercanos y pasea por la Alameda del Tajo, entre jardines, historia y vistas infinitas.

Otros lugares que puedes incluir en tu visita:

• El Palacio de Mondragón (Museo Arqueológico).
  
• La Casa Don Bosco.
  
• Los baños árabes.
  
• La emblemática Plaza de Toros de Ronda, cuna de la tauromaquia moderna.
  

Consejos de ruta y tiempos

Para aprovechar el día:

• Comienza temprano y lleva calzado cómodo. Ambas localidades tienen calles empedradas y desniveles.
  
• Dedica unas dos horas a Setenil y el resto del día a Ronda, que ofrece más monumentos y opciones gastronómicas.
  
• Comer en Setenil es ideal si prefieres platos tradicionales de la sierra, mientras que Ronda ofrece una gastronomía más variada.
  

¿Cómo llegar?

Puedes hacer la ruta:

• En vehículo propio.
  
• En autobús o mediante excursión guiada (desde Málaga o la Costa del Sol).
  
• En trenecitos turísticos, ideales para quienes prefieren evitar caminatas largas.

Un broche perfecto: visitar una bodega y hacer una cata de vinos entre Ronda y Setenil de las Bodegas

Para completar tu experiencia entre cultura y naturaleza, no puedes irte sin visitar Bodega Doña Felisa, ubicada estratégicamente entre Ronda y Setenil.

Reconocida como:

• La 4ª actividad mejor valorada en Ronda (TripAdvisor).
  
• Una de las 20 experiencias imprescindibles de Andalucía.

Nuestra bodega familiar ofrece:

• Visitas guiadas entre viñedos.
  
• Catas maridadas con productos locales.
  
• Un entorno natural tranquilo y exclusivo para disfrutar el día con el mejor sabor de boca.

Podrás aprender sobre la elaboración artesanal del vino y degustar los mejores tintos, blancos y rosados de la Serranía de Ronda, rodeado de viñas, montañas y silencio.

Puedes reservar online tu experiencia para planificar tu visita a la bodega.

Un día para recordar en el corazón de Andalucía

La combinación de patrimonio histórico, paisajes sorprendentes y gastronomía auténtica hacen que esta escapada de un día a Ronda y Setenil de las Bodegas se convierta en una de las mejores experiencias del sur de España.

Historia viva, belleza natural y una copa de vino para brindar por el viaje. ¿Qué más se puede pedir?